martes, 16 de diciembre de 2014

Quiste de Baker o quiste poplíteo

¿Qué es?


El quiste de Baker es una tumoración o bulto debida a la acumulación de líquido sinovial (líquido articular)en la zona posterior de la rodilla o región poplítea, de ahí que también conozcamos al quiste como poplíteo.
Aparece tanto en niños como en adultos sólo que en los niños es muy frecuente que desaparezca con el desarrollo.

¿A qué se debe?

Se debe a la sobreproducción de líquido sinovial por la articulación. Este exceso se va a acumular en una de las bursas (bolsas que contienen líquido sinovial y cuya función es lubricar el movimiento articular). Esta bursa suele ser la gastrocnemio-semimembranosa que se encuentra en la región poplítea, por lo que deberíamos hablar de bursitis y no de quiste.
También puede estar causado por procesos patológicos como artrosis, artritis reumatoide, desgaste del cartílago articular, rotura de menisco y lesión de los ligamentos de la rodilla.

Quiste de Baker sumergido

Síntomas

Los síntomas que se presentan son los mismos que los que se presentan en la bursitis: dolor articular, hinchazón, incapacidad parcial o total de realizar movimientos con esa articulación y fiebre; aunque también se pueden presionar vasos y nervios del hueco poplíteo, lo cual implica problemas más graves.

¿El quiste se puede romper?

Rara vez rompe, aunque no es imposible que lo haga. Es muy importante detectar correctamente los síntomas cuando se rompe el quiste. Para comenzar debemos saber si el dolor se provoca realmente por el quiste roto o si se debe a un coágulo en la pierna o trombosis venosa profunda. 
Como las manifestaciones clínicas son muy parecidas, se conoce como síndrome de pseudotromboflebitis al derrame que simula un coágulo.

Tratamiento

Existen dos tipos de tratamiento: el conservador y el quirúrgico.
El conservador trata el quiste mediante antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y ejercicios fisioterapéuticos. Es también recomendable no realizar mucho ejercicio físico con la rodilla, a excepción del realizado por el fisioterapeuta; aplicar hielo y en última estancia, realizar una punción para vaciar el líquido ahí retenido.
En los casos más graves o en los casos en que el tratamiento conservador haya fallado, se recurrirá al quirúrgico. La anestesia que se utiliza para este tipo de operaciones es variada, desde una local hasta una anestesia general que duerma por completo al paciente. Últimamente, y como puede suceder en muchos casos en la operación de la tríada de rodilla, se utiliza la anestesia raquídea. 
Este tratamiento consiste en extirpar, mediante artroscopia, el quiste. Hay que tener en cuenta que si el quiste está provocado por otra patología, deberemos tratar antes la enfermedad de base ya que sino la extirpación del quiste será ineficaz y podrá haber recidivas.
Solamente en los casos más graves de quistes muy grandes y sintomáticos, se recurrirá a la cirugía abierta, siempre y cuando la artroscópica haya fracasado.


Riesgos

Los asociados a cualquier cirugía: reacciones a la anestesia, infección, dolor, inflamación... Pero en esta cirugía en concreto, podemos provocar el daño de alguna estructura vascular o nerviosa de la zona, lo cual puede provocar daños más graves al paciente.

Postoperatorio

Es sencillo y poco doloroso. Se deberán realizar medidas como explicábamos en el tratamiento conservador: rehabilitación fisioterapéutica sobre todo.

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