¿Qué es el Parkinson?
Es una enfermedad que provoca el trastorno o muerte de células nerviosas de las partes del cuerpo que controlan el sistema motor. Esto conlleva a que las personas que padecen esta enfermedad tengan una pérdida del control de los movimientos. Lo síntomas más comunes de esta patología son los temblores, la lentitud de los movimientos y la rigidez de los músculos.
Gráfico que representa la incidencia de Parkinson en hombres y mujeres a distintas edades |
¿En qué consiste la cirugía del Parkinson?
La cirugía del Parkinson se aplica cuando el tratamiento con fármacos no es suficiente para controlar los síntomas del paciente.
El objetivo de la cirugía es conseguir un mejora de los movimientos reduciendo la rigidez y los temblores, también ayudar al retroceso de la enfermedad y permitir la disminución de la cantidad de medicamentos.
Esto se consigue mediante el procedimiento quirúrgico de estimulación cerebral profunda (DBS). La DBS consiste en la implantación de electrodos en el cerebro que proporcionan una corriente eléctrica en las zonas profundas del cerebro. La corriente eléctrica del electrodo permite reforzar la actividad de las células nerviosas que se encuentran dañadas impulsando su actividad eléctrica a realizar una función normal.
El electrodo o estimulador cerebral está formado por tres partes:
- Guía del DBS: es un alambre exterior que se inserta en la zona profunda del cerebro para que se logre la estimulación. El otro extremo de la guía irá enganchado en el interior del cráneo.
- Cable de conexión: va por debajo de la piel desde la guía del DBS, situada en el cráneo, hasta el pecho o abdomen que es donde se localiza la batería o generador de pulsos implantable (IPG) al que se tiene que conectar.
- IPG: es un dispositivo como el marcapasos que se coloca debajo de la piel en el pecho o en el abdomen. Este IPG es como un disco de metal que contiene una batería y un chip de computador. Se encarga de enviar los impulsos eléctricos a través del cable de conexión hasta el electrodo DBS que está implantado en el cerebro.
En esta operación se utiliza anestesia local en el cuero cabelludo y en el cráneo, por lo que solo permanecerán dormidas esas zonas.
Antes de dar comienzo a la intervención quirúrgica se le coloca un marco metálico en la cabeza para localizar la zona en la que se le implante el electrodo. A continuación, a través de escáneres cerebrales, el cirujano decide el lugar en donde implantar el electrodo. Después se realiza un orificio en el cráneo por el cual se introduce el electrodo. Una vez que el cirujano lo haya colocado, estimulará las áreas del cerebro para cercionarse de que la colocación del dispositivo es la correcta.
Gracias a la anestesia local, el cirujano comprobará si los síntomas del Parkinson están controlados, porque si la estimulación del electrodo elimina los síntomas durante la prueba se le colocará las otras partes del dispositivo que son el neuroestimulador (IPG) y el cable de conexión. Cuando esté todo colocado, el cirujano volverá a realizar la prueba para comprobar que todo funciona adecuadamente.
En algunas ocasiones, estas dos últimas piezas no se pueden implantar en la misma intervención, de tal forma que acudirá de nuevo a quirófano en las próximas 24-48 horas.
En caso de que el resultado no sea el esperado, puede quitarse el dispositivo sin ningún problema pasando de nuevo por cirugía.