Es un acúmulo de sangre entre 2 de las membranas que recubren el cerebro: la duramadre y la aracnoides.
Estas membranas están muy unidas dejando poco espacio entre ellas, por lo que en el caso de un hematoma, la presión es ejercida contra el cerebro pudiendo llegar a ocasionar lesiones graves.
Según la evolución y el tipo de traumatismo se diferencian: el hematoma subdural agudo y el crónico.
Hematoma subdural (HSD) crónico
Es más frecuente en personas de edad avanzada, las cuales presentan una atrofia cerebral debido al envejecimiento. Esto quiere decir que el cerebro reduce su tamaño dejando más espacio entre éste y la duramadre.
En el caso de un traumatismo craneoencefálico, el cerebro se mueve dentro del cráneo con la inercia del golpe provocando así que ciertas venas se tensen y rompan provocando una pequeña hemorragia. Es un caso de HSD leve, ya que normalmente pasa desapercibido por la poca sangre que sale hacia el espacio subdural. Puede incluso detenerse por sí sola.
Hematoma subdural agudo
Se produce tras una grave contusión o traumatismo craneoencefálico en el cual la hemorragia es abundante y no se detiene por sí sola, ocasionando daños graves. Debido a esto, es una situación de EMERGENCIA.
También puede influir el tratamiento con anticoagulantes, dificultando la detención del sangrado.
Síntomas
En el HSD crónico:
- Deterioro intelectual progresivo (falta de memoria, dificultad para expresarse, etc...)
- Alteración de la marcha (camina de manera inestable)
- Incontinencia de esfínteres
En el HSD agudo:
- Pérdida de conciencia
- Hemiparesia o pérdida de la fuerza
- Crisis epilépticas
- Lesión cerebral
- Coma y muerte
Diagnóstico
Es sencillo. Se detecta mediante un TAC en el cual se ve perfectamente el hematoma.
En el TAC se observará una zona más blanca o más negra que el resto del cerebro. Si la zona del hematoma se observa banca quiere decir que aún hay sangre, lo que significa que la lesión es reciente.
Hematoma subdural agudo |
En cambio, si aparece negra quiere decir que la sangre acumulada está comenzando a degradarse, por lo que la lesión puede haber sido incluso hace meses.
Hematoma subdural crónico |
Tratamiento
Difiere según el HSD que presente el paciente.
En el caso del HSD crónico la intervención es sencilla. Consiste en realizar 2 "agujeros" equidistantes con un trépano en la zona próxima a donde se encuentra el hematoma. Se abre la duramadre y comenzará a salir a presión la sangre acumulada. Se lava la zona con suero y se colocan unos drenajes durante varios días para asegurar que ha salido toda la sangre.
Para este tipo de intervenciones se puede aplicar anestesia local. El riesgo consiste en la entrada de aire en la cavidad craneal pudiendo aumentar la presión intracaneal.
En cuanto al HSD agudo, la intervención es urgente y más compleja, ya que nos encontramos ante un coágulo y no a contenido líquido. En este caso se debe de realizar una craneotomía amplia. Consiste en realizar una abertura en el cráneo y extraer la porción de hueso para poder acceder al coágulo y extraerlo. En caso de inflamación del cerebro o infección, no se volverá a colocar la porción de hueso extraída. Ésta podrá ser reemplazada por una placa metálica, suturas o alambres.
Pronóstico
Los HSD crónicos tienen un buen pronóstico en la mayoría de los casos debido a que los síntomas desaparecen una vez drenado el hematoma. En cambio, en los HSD agudos hay más riesgo de lesión cerebral según la localización y el tamaño de la lesión, pudiendo llevar a la muerte del paciente.
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