¿Qué es una hernia inguinal?
Suelen ser más frecuentes en hombres que en mujeres.
¿Qué tipos de hernias inguinales existen?
Existen dos tipos de hernias inguinales:
- Hernia inguinal indirecta: es la más frecuente y es más probable que tenga lugar en hombres. Esto es así debido a que en el hombre existe un orificio en la zona inguinal que permite el paso de los vasos sanguíneos de los testículos y el conducto seminal por el que salen los espermatozoides. En ocasiones, este orificio es demasiado grande y puede llevar a que en él se origine una hernia. Si ocurre así, aparecerá un bulto en la ingle o directamente en el escroto.
- Hernia inguinal directa: en este caso el orificio aparece artificialmente en el abdomen. Suele originarse en la ingle porque pasan tanto los músculos del abdomen como los de las piernas. Esto ocasiona que esta zona tenga una mayor debilidad y por lo tanto que pueda romperse con facilidad.
¿Qué tratamiento existe ante una hernia inguinal?
La operación es muy sencilla y segura, además, dependiendo de la situación, incluso puede realizarse en el día y no quedar ingresado.
Para esta intervención quirúrgica se empleará anestesia general, por lo que permanecerá dormido durante toda la operación.
El objetivo de la operación es reintroducir el contenido que ha salido y reparar la pared inguinal reforzándola. Esta reparación o refuerzo puede realizarse utilizando sus propios tejidos procedentes de músculos, fascias... o incluso introduciendo prótesis o mallas artificiales.
¿Qué riesgos existen?
Como en todas las intervenciones quirúrgicas, a pesar de que sean seguras siempre existen una serie de riesgos. Estos pueden ser:
- Infección de la herida quirúrgica. Se soluciona con antibióticos.
- Reaparición de la hernia.
- Apertura espontánea de los puntos de la sutura.
Los siguientes riesgos son más graves pero muy poco frecuentes:
- Sangrado incontrolado.
- Lesión del conducto seminal en el varón.
- Dolor crónico en la ingle.
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